Un recuerdo, un adios

Asiria era una seniora que a pesar de su larga edad y su patologìa era capaz de alegrarme los Martes. Se que cada vez que tome en mis manos le Maison de Tra la la, siempre tendrè un grato recuerdo de ella.
El sabado despertè como de costumbre, agradeciendo a Dios por mi nueva maniana, y la posibilidad que tenìa de contemplar toda su creaciòn, la cual me habla de El. A pesar de mi agradecimiento, me sentìa con una enorme aflacciòn, mis pensamientos comenzaron a volrar, pensaba en mi familia, en mi abuela que ya tiene 90 anyos, en mi madre, pensaba en casi todo.
Nos dirigimos al mercado, y allì; mientras pagabamos las compras alimenticias, la radio local del mismo, transmitìa la canciòn, i Look to you, de la Whitney Houston, y de mis ojos salìan làgrimas, no sabìa que estaba sucediendo. al llegar a la casa abro mi ordenador, nada de noticias de mi casa y lo volvì a cerrar porque cuando se es mujer, esposa, madre de un perrito se tiene obligaciones, ni siquiera pude darme un viaje virtual entre las casas de mis amigas.
mientras ponìan el noticiero, daban la noticia de los perritos maltratados, y de los galgos, de como eran botados depuès de las carreras, o las cazas, esto tambièn llenò de tristeza mi espirìtu, a pesar de todo esto, en mi interior sabìa que algo pasaba, y que alguna noticia tendrìa.
Ayer, fuè esa noticia, nos ha dicho Adios Asiria, pobrecita, ella que siempre me esperaba todos los Martes, sonrriente, a pesar de su alzhaimer, no olvidaba que yo era su amiga y cada vez que me hiba para mi casa, se quedaba esperando un beso de parte mìa, y mis palabras que le decìa: Fai la brava( portate bien) le decìa, el Martes nos vemos, si Dios quiere.
recuerdo la primera vez que fuì a atenderla, ella le decìa a la nieta:
-Tengo miedo,y me senialaba,
sabiendo como son algunos ancianitos le decìa: Pues nada de miedo, mira que soy tu amiga, y de ahì comenzabamos a reir, sacaba mi ricamo, y seguìa con el Sal de las maison, ella miraba y me preguntaba, y yo con mucha paciencia le respondìa.
Nunca me interesò repetirle las cosas una y otra vez, pensaba en mi abuelita, en mi madre, en mi misma cuando llegase a la ancianidad, deseaba tener a mi lado eso, la persona que amablemente me diese siempre una respuesta con una sonrisa. era ahì, en ese mismo instante que aplicaba la Maravillosa regla de oro, " NO HAGAIS A LOS HOMBRES( SERES HUMANOS) AQUELLO QUE NO TE GUSTA QUE TE HICIERAN A TI" y era en ese mismo momento que dejaba a un lado mi condiciòn de jòven, para tomar el fruto del Espiritu de Dios, amor, benignidad, paciencia y ponerlo en pràctica hablandole a esta senyora.
ya maniana es Martes, y se que la pensarè, me faltarà el ir a las dos de la tarde, el dirigirme hacia su casa, era con la unica persona que era capaz de beber cafè y comer biscochoz, en fin, que siempre la tendrè en un pedazo de mi corazòn.